lunes, 18 de octubre de 2010

Una mujer deambulaba como una sucia pantera...






















Había una mujer, la conocí en una reunión casual, que me explicaba su situación.
Merodeaba, nerviosa y confusa, daba vueltas alrededor de la jaula que ella misma
se había construido, como una pantera de un zoológico de no demasiada categoría,
un zoológico de suburbios donde los obreros de la fábrica de automóviles que daba de comer a todo el pueblo, llevaban a sus hijos los fines de semana, y le echaban fruta a los osos,y gesticulaban junto a los monos, y en un lugar apartado, como aburrida de la vida, estaba esta pantera, sucia,
con trozos de carne podrida, y una inmensa tristeza en su lomo como de terciopelo azabache,
y una mirada que decía " ¡ pegadme un tiro de una puta vez!. No veis que mi vida es una ruina,
que estoy aburrida de estos círculos concéntricos, eternos, de los que nunca puedo salir,
en los que estoy eterna e irremediablemente atada, sin una salida...
¿No me veis, con mis enorme pupilas amarillas, de la desidia con mi pelo sucio, y mis garras
rotas de romperlas contra un sueño roto?. ¿Es que acaso estais ciegos. No me veis?.
Pegadme un tiro con esos rifles que guardais a miles, para defenderos del miedo
que os atenaza. Para libraros de una puta vez. alguna vez de una vida tan asquerosa como la mía,
o para ir a un supermercado un sábado por la mañana y cepillaros a una docena de
vuestros conciudadanos, y llenar de sangre la apasible mañana de un sábado
con los árboles acaso en flor, y las familias felices de compras, sin imaginar
que ese era el último día que por enésima vez iban a mirar la gama de electrodomesticos,
por que tú anoche, en silencio en tu cocina,mirando al vacío, mirando a la abominable
negrura de la noche, sentado con tu Remintgon, y un Nuevo Testamento abierto por donde Jesucristo decía:
"Yo no he venido a traer la paz, sino la espada..." y una botella de Whisky,
habías decidido que a la mañana siguiente llegaría el final de los tiempos para una docena
o acaso más de tus convecinos, los que te saludaban amablemente
en la calle principal, y en la iglesia el domingo por la mañama.
Pues con ese mismo rifle mata a esta pantera herida, mata a esta
mujer, ya sin sueños, mátame porque mi vida se fue al carajo, toda mi vida junto a él, para
que luego se buscara una amiguita, y me saliera con el sonsonete de: "necesito tiempo, para estar solo,
necesito mi espacio para reconsiderar lo nuestro y ver si tenemos futuro..."
¡ Veta al carajo!, Le debías haber dicho, lo único que quiere es la excusa santificada,
la tranquila cobardía, de no tener lo que hay que tener para mirarte a los ojos
y decirte: " ya no te quiero, aunque antes te quise, te quise mucho, pero
ya sabes, todos debemos tomar nuestro camino, y sólo nos haríamos
aún más daño...demasiado daño...más daño aún...del que ya nos hemos hecho..."
Y el hombre seguía hablando con la voz queda, y la mirada baja :" Si sólo fuera el amor, si sólo fuera eso,
pero una chica de veintitrés años me da tanto placer que me hace sentir menos viejo,
y bueno, lo nuestro duró media vida, pero hasta aquí llegó. Espero que lo comprendas, Que te resignes
a la victimización de tu vida cotidiana, que estes jodida, pero no me molestes demasiado,
que no me eches cosas en cara, en resumen que me hagas mi corbardía y mi falta de los mismos,
un poco soportable, sentirme menos mezquino por no tener agallas para mirarte
a la cara y ser descarnadamente cobarde y decirte: lo nuestro, todo, esta vida juntos se ha ido a la mierda,
porque se han cruzado por medio un par de tetas jóvenes, como dos obuses
duras y firmes, y que quieres amor, las tuyas ya están caidas, y estoy un poco cansado de darme
vueltas en la cama y ver siempre tu culo ya fofo, y ahora me tocó en la lotería
de la vida un culo prieto y eso querida es dificil de dejarlo pasar por delante sin echarle mano..."
Y luego bajar la mirada, como la de un delator, o un desertor, o un ser tan abyecto
como sólo uno mismo puede saber que lo es.Y un ser con miedo,
miedo a la vejez, miedo a la decadencia abdoluta. Miedo a la muerte anónima...
Y esa es la cuestión, resumida en una cáscara de nuez del epílogo de la historia de amor
de esta mujer y de este hombre sin nombres. Y eso es todo, eso es todo....
eso es absolutamente todo..Y el tío bajaba su juego de maletas
de piel, y metió sus trajes, y sus camisas, y su trebejos de afeitar, y se le escapó entre
dientes un " bueno ya vendré por el resto, un día que tú no estés, para hacer las cosas más fáciles,
y no hacer escenas delante del niño..." Y salió a la calle, y la soledad de la casa
para esa mujer que se quedaba sola, se hizo insondable, se hizo infinita, y en la playa, varios chicos y chicas jugaban al dominó en la arena poniendo uno la cabeza en los pies del otro,
ellos quizás dentro de veinte años,protagonizarían una escena parecida
a la de esta mujer y de este hombre; pero bueno para ellos aún queda esperanza..y en la playa también había chicos con traje de neopreno, que como miembros de una secta acuático satánica iban mar
adentro buscando la ola perfecta, la ola definitiva, la ola mística, el surf
elevado a la categoría de unión con un Dios, de barba y furgoneta,y rastas en el pelo, y un buen canuto
de maría y sicotrópicos y anfetas, para ver el mundo en el caleidospio de los colores primigenios, los colores de día exacto de la creación. Y eso es un subidón macho. Esa experiencia alucinógena es una pasada y te abre las puertas de la percepcíón, aunque es muy probables que si no controlas, también te abra
las puertas del siquiátrico o del cementerio. Pero sí, en este momento Dios, es un viaje del copón. Dios...
Los colores del Indefinible instante de la Creación...paseando por tu retina, explosionando
en tus iris, viendo una mujer con sus formas hermosas, exhuberantes, sin contaminar
surgiendo sobre el fondo de la batalla cósmica,Y todo absolutamente todo, creándose, sobre lava de vólcanes al rojo vivo...Con sus maravillosas explosiones de gases,
neón, argón, nitrógeno, explosiones nucleares para crear la vida, para la génesis del mundo, en la mano
del Dios, ese mismo Dios, que creó el dolor de esa mujer abandonada, y de esos muchachos amantes
del mar que se traga las vidas de los elegidos, de los que mueren jóvenes y viven deprisa
para tener un cadaver hermoso.
Y la mujer se subió a una silla, y tomó, del altillo del armario una bolsa de deportes,
y sacó de la bolsa un instrumento guardado y metálico, envuelto en una tela de gamuza. Sacó primero la culata, luego el percutor, más tarde el gatillo y el cargador, y el cañón, y una caja de cartuchos
color verde, y entró en el cuarto de baño, donde aún quedaba un frasco de loción after shave
del hombre que se acababa de ir. Y se metió en el baño, y se lavó parsimoniosamente su cuerpo maduro,
pero aún excitante, con un gel lechoso. Frotó su senos, su sexo en busca de sensaciones
antiguas, y una gota de agua caliente caía como moribunda del grifo sobre su pie.
Y habría que haber estado muy pegado a la puerta del cuarto de baño para oir su cansada,
su rendida respiración. Y después la detonación. El ruido que hizo levantar el vuelo de las palomas del alfeizar de la ventana del edificio. Y el rumor de la sangre queriendo sudvertir a borbotones
la geometricidad de los azulejos del cuarto de baño. Brotar a ríos de espuma roja, de mareas rojas,traspasar
los límites de la bañera, hasta caer las gotas sin peso, sobre la mano que colgaba de la bañera completamente yerta, con un hilo de sangre corriendo antebrazo abajo, hasta la mano y desde el dedo, así, gota a gotasin prisas, como una eternidad latente, silente, gota a gota, gota a gota,
hasta crear una laguna carmesí sobre el blanco suelo....


(Juanma Miranda)

lunes, 4 de octubre de 2010

Como la sangre mana....




















Había un viejo boxeador.

Con la cara cortada

como hachazos por

la afilada navaja

de la vida.

Paseaba por las

calles de nuestra

ciudad,

llevaba su banqueta

y su caja de limpiabotas,

y cuando entraba en un bar

todos le decían:

¡Ey Kid Kanfort !, pasanos



un poco de betún por

los zapatos...

¡Como estás campeón!

Y el viejo se encojía de hombros,

sacaba unos recortes arrugados

de su sucia cartera,

y repetía: " yo fui un buen

peso medio.Pude

enfrentarme a Fred Galiana..el duro..

pude ser grande, y combatir

con Young Sánchez,

quien sabe....

ya nadie lo sabrá.." repetía

como una anónima letanía,

una y otra vez: " ya nadie lo sabrá..."

mientras se tomaba un copa

de Fundador, y escupía

a los zapatos de los parroquianos

para lustrar sus buenos zapatos,

y sacar unas pesetas, para dormir

en la pensión de putas de la calle

Plocia...y quizás poder acercarse

a una de las chicas,

para que le hiciera barato

un francés....

Y tenía las orejas como dos coliflores,

y los dientes le bailaban como

Fred Astaire, y las piernas y los riñones

se negaban a funcionarle bien,

y a veces en los wateres de los bares,

orinaba un hilo de sangre roja,

que salpicaba la sucia taza,

con gotas color rubí.

Y si le dabas un Ducados, o un Bisonte

y un anís Machaquito, te contaba su vida.

Como noqueó, al Rubio Mantecas, en la

plaza de toros de Albacete,

y como le saltaron tres dientes de un directo

de Ray Ramirez en Tomelloso,

o como una vez un tipo con el que peleó

en una velada en Badajoz, se puso

una puntilla en el guante, que le hizo

tantos agujeros, que la saliba le salía

por las mejillas, por los ojos,

por la frente, por los dientes...

" Yo pude ser grande dice....

pero de eso ya quien se acuerda....

Ahora soy una mierda,

huelo como ellas,

vivo como ellas,

y me recojerán como ellas...

pero hubo noches de focos

en mi cara, y de periodistas

y fotógrafos en mi vestuario aguardando,

y gachís de bandera

esperando a que invitara a alguna

esa noche a cena y a catre..."

Sí, el viejo fue grande,

aunque nunca lo fuera.

Vivía de sus recuerdos,

muertas sus esperanzas,

dilapidadas sus ilusiones,

como cuando de niño empezó a

entrenarse en el gimnasio

del barrio de Santa María..

y veía en el Nodo, combates

de Rocky Marciano o de

Jack Lamotta; cuando las pupílas

le brillaban, y aún el corazón

le impulsaba por sus venas una

sangre joven y soñadora.

Y un día, pronto, caería

definitivamente, por un k.o

enviado por el puto destino.

Y alguien diría, un día en un

barucho cualquiera, de manera

distraida, como quien diría

si se ha sulfatado para evitar

la plaga de cucarachas....

" ¿Has visto utimamente a Kid Kanfort...? "

Y todos dirían que no, porque el viejo

Kid, llevaría ya meses criando jaramagos,

y porque el destino nos devora a todos,

como a Kid, como a los juguetes rotos

de la vida, como a los restos agrios

del vino, como a la escoria y a los trozos

pestilentes de los pescados de desecho,

como una perra devora sus propios

cachorros al nacer.

Y el destino actua calladamente, como un traidor,

como un asesino silencioso,

sólo se le puede oir llegar, si

callamos la voz, e incluso la respiración.

Llega como el mudo brotar de una semilla.

Llega como el ciego bibizeo de una culebra.

Como el lento descender de una gora de cera

de una vela.

Como el invisible respirar de un sueño roto.

Como el anónimo silencio de la muerte.

Llega y sin hacer ruido, como la noche

que invade nuestras casas.

Como el último latido de una vida

LLega como la lenta agonía de los peces

fuera del agua..

Llega como la sangre mana....



(Juanma Miranda)

El mar, al fondo....













Desnudo me hallo,


desnudo estoy de Dios

y de los hombres.

Ante este sol de invierno,

que calienta mas no quema,

hendida está en mi corazón silente,

la soledad inabarcable de tus brazos.

¿Qué rostro me deparará la noche?-

¿Cúal será el perfil cansado de mi aliento?.

Tiemblo , Señor natural de los árboles y el viento.

Señor natural de los labios amados.

Temo no ser tan fuerte

como el Ser permanente de todas las cosas

que han sido y seguirán siendo.

Arrebata de mí la sobriedad del miedo.

Hazme ronzal de la noche,

cáñamo del aire.

Derrama sobre mi, la serena ingnominia

del olvido.

Hazte sagrado discurrir por mis arterias.

Para no ser, ni ansiar el seguir siendo.

Tan sólo formar serena urdimbre a la tierra

con mis huesos.

Ser piel de la negra colina

animal del lodo.

Luz de las horas malvas....





(Juanma Miranda)


Edgar Allan Poe, y un cuerpo de mujer en primavera

Me gusta elegir con calma los filetes, el pescado y la pasta en el supermercado. Sobre todo cuando los calientes rayos de abril, hacen a las mujeres cubrirse con leves ropas, señalando sus pechos y sus nalgas. Y Poe, con su cuervo adyecto de la delación, desdeña la luz del mediodía. Busco naranjas y frutos tropicales, mientras la isla de la utopía cercena la bruma del invierno agreste.
Compro y pago, cocino los filetes vuelta y vuelta, con su olor a carne que me envuelve; y dos copas de un vino color rubí; y una piel a mi lado, sudada, lasciva del contacto de las pieles, las manos y los labios, sí una piel así, así como la tuya se agradece de vez en cuando....Sí de vez en cuando, la costumbre asesina al amor, y lo que es peor aún, al deseo...Sí, así pues, está bien esa piel junto a mí, de vez en cuando, luego dejadme solo. Ella y yo nos comprendemos. Somos dos lívidas parcas, tejiendo la osamenta que nos cubre la lóbrega y yerta herida.
Y luego ese dolor que cruje en mi pecho, en mi espalda, mi aorta, mi carótida, mi cerebro. mis dientes. La luz que me agoniza lleva ya varios recibos atrasados.
Releo a Dickens, a Conrad, a Tolstoi a Kafka, a Faulkner. Que gran frase la del viejo de Missisipi,amante de las ninfas del Sunset Boulevard: " Entre el dolor y la nada , eligo el dolor..."
Sin embargo a veces, a esa hora imprecisa de la noche, viene a visitarme ese niño de faz reconocible, que se burla y se rie, y acaba llorando desconsoladamente, y se marcha sin dejar ni una huella de su crimen. A esa hora, siempre un cuerpo, tu piel amor mío, salada y húmeda, de sinuosas líneas calientes y olor agreste a cuerpo satisfecho, es lo que me salva sin tregua del insomnio.Y falta aquella...la que me viste y me desviste con dedos de sierpe enamorada. La que siempre me espera en el límite preciso donde el rincón del viento ya se encalma y huele a maresías...
Sí, sí, Dios me conoce y yo conozco a Dios. Y no sé cual de los dos es el más falso....

(Juanma Miranda)

Un payaso contempla una pálida estrella



















Un payaso contempla una pálida estrella. Lívido
el viento. Late. El corazón de carbón y acero.
El clown terminó su espectáculo.
Hizo reir de su impostura, de su hipocrecía
al público. Vuelto al hotel mira el firmamento ignoto.
Y se siente hombre libre. Poeta sin cadenas,
de la noche.
El neón del bar, pestañea púrpura, rojo, verde, amarillo.
Llueve, como si llorase la noche.
Y se fuma un cigarro, y pide al Dios de los herrantes,
que el sufrimiento sea leve, que los hombres no demoren su fin,
que la sangre no se derrame por las calles.
Que los cuerpos se encuentren en las cálidas penumbras.
Y apagó su cigarro contra la pared mojada por la lluvia.
Y se metió en la cama. Y siguió la costumbre
de dormir. Y siguió la costumbre de vivir,
La vida pues es una costumbre.
Como pedir Malboro,como follar sin ansias,como hacer reir con malditas lasganas.
Pero si se nace payaso, amigo, la has cagado.
No sólo puedes estás jodido por la vida, sino que aún
debes de hacer reir a unos imbecilespara poder comer.
Debí, ser contable como mi padre. Piensa para sí mismo. O funcionario.
O dentista. Cualquiera de esos trabajos, en el que aún teniendo
mala leche,te seguirán pagando.

(Juanma Miranda)

miércoles, 25 de agosto de 2010

Una lágrima no mata....

Una lágrima no sirve.


Una lágrima no mata.

Nadie mata a una lágrima.

Nunca una lágrima mata.

Para qué llorar entonces,

si la lágrima no es

el cauce

de una herida tan exacta...



(Juanma Miranda)

Una vida arrastrada...

Llevo una vida arrastrada a los zapatos
que va haciéndose amiga de los habitantes
caídos del asfalto.
Oigo como mi vida, allí abajo, ríe y llora,
ama a una caracola de barro, se hace una cabaña
con un ajado paquete de cigarros.
Yo miro a esta vida que se me agarra ufana
del tobillo.
La miro como un pájaro dominante en su limbo,
en un cielo de neón eléctrico, acaso para ella,
mi vida subterranea, el cosmos....
Contemplo como mi vida discute, grita, engaña,
a una cucaracha, sobre la inflacción
galopante que nos mata.
Reune, esta vida mía, que yo presiento
por sus manos,
una atadura de salivas saladas,
mientras yo ando de madrugada, embaucándola
hacia el sueño,
oigo como respira, triste, alcohólica y cansada,
por el amor solar de tu pisada...
(Juanma Miranda)

martes, 24 de agosto de 2010

Diario del viajero de la noche (23-Abril 2057)

Me despertó durante la noche una suave lluvia, dulce como la mano de una amante. La lluvía caía como ampos de nieve cálida sobre el ceniciento mundo. Me enderezé para avivar el fuego, este fuego que penosamente me calentaba en las heladas madrugadas y en las frías mañanas de esta tierra y de este cielo eternamente ya cubiertos de aire negro. Contemplé la absoluta oscuridad que cubría todo lo abarcable por la vista. La Bahía de Heptons, los montes de la cordillera de Gladstone, las tierras de Diurik.Todo estaba bañado por un silente sol de medianoche. Los habitantes de estas tierras, llaman a este lugar. Uwaikazi: el lugar donde Dios no terminó su creación. Y creen que sólo cuando el hombre se haya extinguido, Dios volverá para culminar su obra creadora.
Cuando mis pupilas se dilataron, contemplé otro cuerpo cerca del fuego.Tomé instintivamente mi oxidado cuchillo y me acerqué hasta esta extraña presencia.Hoy día los caminos están llenos de maleantes, que matan por un poco de comida o por un calzado que no estuviera roto. Y la vida de un hombre vale hoy menos que la brizna de hierba que se adhiere a los pies en el camino.Estaba arracimado en una manta raida. Pude observar que se trataba de una mujer. Su cabello rojo, cubría su rostro blanco como un sudario, o como unas algas dotadas del don de la luminiscencia.Aunque cerrados, supe que sus ojos eran bellos, y sus pupilas, de un azul templado, como ese cromatismo del oceano que hacía años que las penumbras de la tierra no dejaba ser contemplado.Le puse una mano sobre su hombro. Se sobresaltó.Me miró no obstante con ternura.Le pregunté

-¿Quien eres?

-Te he venido siguendo desde hace muchos días. Sabía que contigo viajaba la vida.-Me contestó.

-Viajo sólo. Es más rapido. Y en estos días más seguro.-dije

-No seré una molestia, cuando lo desees me marcharé de tu lado...¿hacia donde viajas?

-A estas alturas de mi camino, creo que viajo al infinito, pues tan largo y arduo se me está

haciendo el camino en pos de mi destino,

-¿Qué buscas?- Me preguntó. ¿Tu tierra, tu hogar?

-Mi tierra y mi hogar, están muy al sur. No sé si aún existen, tras este invierno tan largo de las almas y los cuerpos. Transito estas tierras por donde soy peregrino y extranjero buscando al ser que hace brotar a mi corazón de su coraza de huesos y de músculos.Busco a Ilaia.La mujer que la existencia me deparó como compañera.Vino a estas tierras, sola, buscando unas palabras sagradas.El signo de la vida y de la muerte.El límite preciso del espacio y la tierra; del corazón y la mente. El pincipio y el fin. Donde se para el tiempo y la memoria. La absoluta unión del alma con el cuerpo. La verdad última...e imperecedera. Lo perpétuo y eterno ..

-Debes amarla mucho, para intentar tan arduo y peligroso viaje en su búsqueda.- Me preguntó con una
 dulce voz

-¿Conoces un fuego sin calor?- Le contesté- ¿Un agua que no sacie la sed?. ¿Una piel que no colme nuestros deseos?.¿Unos labios que no sean el principio y fin de nuestro viaje de la vida?. Eso es Ialia para mí.

-Comprendo. Es tu todo...es tu principio...y es tu final..

-Es mi último y postrer latido. El último vestigio de mi corazón...
Y mis palabras cayeron a la tierra, como gotas de agua sobre piedras calientes. Y la noche se hizo más noche, y mi garganta se secó más honda. Y mi pecho respiró más seco.Hablaba y mis palabras, parecían el eco de la voz de otro hombre. Sangraba y mi sangre parecía la herida abierta de otro ser. Lloraba y mis lágrimas saladas parecía el llanto del último hombre sobre la tierra. El hombre Omega. .Me levanté y dejé a mi visitante acercarse al fuego. Me enderezé sobre la tierra y me sentí extranjero de mi mismo. Miré
sin contemplar, el Mar de la Melancolía, que separa las tierras de Wikwall y de Knopts, hablando sin oirme, sin saber si la mujer del cabello rojo me escuchaba, le susurré a la noche y a las estrellas, mi postrer testamento,
-Díles a los otros, a todos los viajeros que halles en tu destino,a aquellos que como conmigo compartas otro fuego. Díles que fui un cometa errante. Una luz que se extinguió, buscando su camino...
Y amaneció otro día oscuro. Sin sol. Y murió ese día. Y tras ese día, todos esperaron que tras la penumbra, alumbrara el sol. Mas llegó ese otro día, negro, sin luz. Y tras de él de nuevo la noche.Y siguió la oscuridad al nacer los días..
Al amanecer del septimo día. del septimo año de mi viaje. llegué hasta una playa. Sobre la espuma del mar, peces de plata buscaban en su orilla irizada de brillo el aire extinguido, y un rayo de luz ambar, se filtró entre las nubes. Un aire sin rumbo, tropeló en una tormenta de furioso viento. Entré en el interior de la tormenta. Algo que todo navegante sabe, es que por extraño que parezca. mientras alrededor de la tormenta, todo es desastre y destrucción, en su centro, en el exacto cenit y eje de su ira, todo es paz y serenidad. Llegué hasta ese centro y me senté exhausto. Y como una plegaria, o como una oración, a un Dios desconocido, rezé por mi amor. Por Ilaia. Y rezé también por todos los caminantes, como yo,errantes de la tierra.

(autor: El viajero de la noche-juan manuel miranda)

Diario del viajero de la noche (26-Febrero 2057)

Anoche tuve un extraño sueño. Creí que era un niño, con mi rostro de niño y mis ojos de niño,grandes como lunas llenas reflejadas en el agua de un pozo. Y mis manos de niño. Y hablaba con el hombre que soy;era mi niñez preguntando al hombre maduro que ya era. Y me llamaba a voces, y lloraba y me gritaba, diciendome: ¿ en que te has convertido...?. ¿Eres lo que ambos queríamos ser?. ¿ Has recorrido largas distancias, preguntado en las esquinas de la tierra por la razón de la vida?...
Me despertó un tronar de nubes de lluvia, y una madrugada de aire gris y un mar del color de las cenizas.
También soñé esta noche, como todas las noches con Ilaia. Como siempre, me reñía por cortar poca leña para calentar el hogar, y me sonreía, a la par que tremolaba su cabello al viento, pues sabía que me gustaba verla bailar con las estrellas, y adormecerse con la brisa pequeña de las mareas.Luego desperté y odié a la vida y deseé soñar todas las horas del día.
Puse a calentar un poco de mi ya escasa reserva de café,un poco de pan, y una fruta tomada de un manzano que crecía al borde del sendero, como si fuera un alimento otorgado por el cielo a los caminantes hambrientos y exhaustos.Mis pies, se abrían en heridas cuando aún no habían sanados las ya sufridas anteriormente.Si mi amor Ilaia, estuviera a mi lado, me frotaría las cicatrices con eucalipto y aceite, y yo acariciaría sus caderas.Hambrientas de llevar una vida dentro.

He visto entre la niebla, barcos extraños surcar la bahía de Machtone; y en los acantilados de Taresfree,encenderse hogueras a un dios que no conozco, pues soy extranjero en esta tierra e ignoro las divinidades aquí adoradas.Las estrellas me parecieron en la noche, el brillar de la luz del mediodía en las pupilas de Ilaia.Esos ojos, los ojos de Ilaia, podían ya ver las estrellas, cuando el hombre aún sólo era un suspiro sobre la tierra. Podían ver en el alma de un hombre, como Laia contempló la mía. Y supe entonces, que la mirada de Ilaia, era el signo de la vida. Y que si no era así, entonces significaba que no había existido jamás sobre la faz de la tierra, algo digno de llamarse con ese nombre: vida.
Me fabriqué con un mando de azada, y un cuchillo oxidado, un arpón de pesca primitivo. En estas aguas desoban salmones y peces para mí extrañamente hermosos y luminosos. Cuando vea a Ilaia, mi amor, tengo que contarle todas las maravillas que he contemplado en mi viaje hasta ella. Esa noche,esa primera noche de amor, tras el deseo satisfecho y llegada la paz a nuestras almas, le contaré mi viaje hasta  ella. Esa noche y todas las noches, le contaré la historia sin fin de mi viaje...
(autor: El viajero de la noche-juan manuel miranda)

La rosa tatuada de tu pecho,,,,

Cuatro Bacardys, bien bebidos,

tu voz pastosa y lenta

la calma de la noche,

 vomitando un mar

azul sangrante y seco.

Esa curva,ese pecho,

ese sudor candente,

gota a gota escanciado

por tu labio caliente....

Un taxi, 5 euros,

dos escaleras altas,

una puerta entreabierta,

una mano,

una espalda,

un sofá de skay rojo,

un fundirse callados...

tanto músculo, tanto hueso,

tanto estorbo al estigma,

tanta sábana tersa,

tanto cuerpo buscado...

Una música lenta,

Miles Davis a la trompeta.

Sara Vaughan cantando, "

no me dejes tan pronto...."

Una ducha, ese agua,

caliente como bálsamo,

besando poco a poco tus senos,

tus cabellos,
cuanto diera yo siempre,

por morir

en el día en que el mundo

 no supiera

de tu cuerpo

ni el mío.

Ambas manos cerradas,

juntadas

como puños,

 pared contra pared,

unos golpes certeros,

la serpiente mojada

ya busca su elemento.

Tanta piel, tanta sangre,

que derroche

de tiempo...

Lascivo el aire tiembla,

de pómulos de oro

dos rodillas cincela,

dos fragmentos partidos.

Qué dolor, que lamento,

saber que tras la noche

nodriza, no nacen más lamentos.

La linde lleva vino

y pitillos de pulsos,

y un impulso ciego y blanco,

y diez dedos cosidos.

Yo no sé ya que parte de mi



cuerpo es tu cuerpo,

acaso aquella acerva juntura

de unos músculos

tal vez el pliegue torso

que esconden tus lamentos.

O acaso fuera en fuego

esa rosa

tatuada llama a llama

por mis labios

en la tierra fecunda

de tus pechos.

Unos labios mojados,

asomados al viento.

¡Qué cansancio tan ancho,

que dulzura tan honda,

que sentirse de otro.

más sentirse tú mismo!.

Ignoro los detalles de esta

metamorfósis,fue acaso un descenderse,

un acercar, una boca a otro cielo,

a un gota de acaso

 oscuro plomo ardiente

descansando en tu espalda.

¡Que dolida belleza!

¡Que azulada guillotina

nocturna de las manos!

¡Que perderse en un vientre,

y encarnarse en tu cuerpo...!

Desconozco cuando supe

confundido y cegado

que el día ya había apuntado

sus mortíferos tonos...

Adelante, adelante,

 que luzca luz ardiente,

yo supe de otro cuerpo,

muy adentro,muy adentro,

me supe alimentado.

Recuerdo ya dos copas,

un poster enmarcado,

me fijé en sus colores,

un artista, no abdica.                                                      

Unos labios pegados,

mordiendo mis palabras,

dos pieles arrancadas
y tiradas al suelo....

Jackson Pollock recuerdo,

temblaba tras tu cuerpo,

te elegí yo este cuadro,

me adentré yo en tu cuerpo.

¿Ya no fumas....?.

No, no fumo....

mi voz se me resiente,

 la banda no perdona....

Dos gargantas palpadas,

dos caidas al suelo,

dos infiernos abiertos,

uno rojo, otro negro...

cuanta vida le arranco

esta noche a la muerte...

ya no llora tu niño,

 mientras ama su madre...

ya no habla tu boca,

 cuando come en mi pecho,                                  

tanta luz,tanto brillo,

tanto rostro encendido,

tanta fruta arrancada

al árbol más ardiente.

¿ya te vas?...No me olvides....

ese último rasgo,

una piel, cierto pubis,

unos senos naranjas.

Cien cabezas de soles

vomitando la vida;                                               

tanto negro tesoro

fundiéndose en tus pliegues..

Otro taxi,una café,el diario del día,

 6 euros con cuarenta...

Asomarse a la mar, transitando cansancio.

Este mar, oh que mar,

tan lívido y ondulante,

estas olas, estas olas que anoche

 me saciaran...

Y ese cuerpo tu cuerpo,

acequia tan profunda,

hogar de mi cansancio,

frontera de mis besos....





(Juan Manuel Miranda)

lunes, 16 de agosto de 2010

Sed de tí....

Sed de tí....


Esta mañana amaneció amarillo. Más tarde la luz cobró tonalidades púrpuras, la tarde verdeó tras la sobremesa, y al crepúsculo, anaranjadas nubes y bermellones aires, se agitaron tras el horizonte, se alzaron, se abrieron, se estiraron hasta casi romperse, y llegar mansamente a la orilla de la playa. Arribaron convertidos en los tenues rayos de luz de la huidiza luna, plateando mis manos, mojando mis muñecas y
cincelando mis brazos, cubriendo mi piel de un cálido brillo que me confería cualidades de pez de fuego de las profundidades, de ave de brillo de los vientos, de olas de planetas sagrados, mientras aún recuerdo tu silueta agreste por mi sangre...

Las largas tardes del verano, van decayendo paulatinamente, imperceptiblemente, con un delicado cuidado, para que a los colores vivos del verano, le suceda, poco a poco, la gama diluida, como unas acuarelas, de los colores pasteles de la estación del año, en que se pierden los pasos, sin dejar huellas en la arena del tiempo....

Llegas como la lluvia fresca. Para calmar mi sed de tí. Yo soy laguna viva para bañar tu piel de mí. Estas noches, sin nombre, mi cuerpo, tropezaba con la impalpable madeja de hilos de tu ausencia, mi mano, dibujaba un esbozo en la penumbra caliente de la noche. Pintor de la penumbra invisible, trazaba tus círculos, tus rectas, tus labios impalpables, tus precisas pupilas, tu sonrisa colgada como el astro de plata, en la esquina goteante de espera de mi cama. Y el lecho se bañaba de plateada pátina. Y mirando
cuan lejos mis ojos alcanzaban, oteaba en países remotos con soles paralelos, tus ojos como el oro, brillar al compás de auroras boreales..

Esta noche calmó el viento su dolor de amante solitario. Las olas golpeaban silentes, sin premura, con cansado descuido los pantalanes, los cantiles, los muros, las maderamenes; con paciencia y ternura de amante silencioso, la mar cincelaba con caricias pausadas, los límites del tiempo en que fuimos remeros del mismo sueño, espectantes vigías de las estrellas, oteadores de las brillantes Perseidas, acompañantes del solitario Aldebarán, proeles de la atípica utopía, donde da la vuelta el viento convertido en llama inextinguible...

Llegarás con tu luz, ese resplandor azulado como el primer rayo de vida de la mañana, o rosaceo, como el último vestigio de la vida en la tarde. Hace tiempo, me levanté del sueño, una noche sin rumbo, herrático en la penumbra que no lleva tu símbolos; me herí, la piel, las manos, los brazos, las arterias, los rincones del alma se me abrieron, como una animal cazado con una bala de luna en noches como éstas....

Aguardo, que el mirlo, levante su nido; que las aves que anidan es africanos paisajes, y espejismos ubérrimos, cruzen el cielo como el raudo cuchillo que corta el cielo, en abismos iguales, uno rojo, otro negro. Que la primera gota, colme la sed de labios de mi casa, que el primer viento frío del otoño, tropele en mis persianas, para anunciar que llega un tiempo nuevo. Sed de tí, de tus cabellos en mi rostro, al colmar el sueño mis pupílas saciadas; sed de tí, de tus pasos de golondrina sedosa en mis pasillos, sed de tí, de tus
ropas, tus peines, tus perfumes, tus colores. Se de tí. Del agua que calma la sed que nació al principio de los tiempos, del río que emigró hacia horizontes sin límites, de rumores del viento, de poemas transitando mi pulso en dos sangres en tu pulso. De viajeros llegados del confín de la tierra con noticias de tus atardeceres en ignoradas playas. Sed de tí, de la mojada paz que hallé en tus labios...

domingo, 8 de agosto de 2010

Diario del Viajero de la noche. 25 de febrero de 2057

El Fuego. El fuego. Al princio fue el fuego, y el fuego nos extinguirá a todos.Llevo caminando, siete años,
dos meses y quince días.Hoy, creo que es 25 de febrero del año 2057, si no me falla mi ya obsoleto calendario electrónico.Salí de una ciudad con un sol que alimentaba el cuerpo y el alma.Marché de la tierra donde nací y fui niño, para buscar a Ilaia, al norte, al norte; pero su detector de coordenadas me engaña,debe de sufrir algúna clase de distorsión,de alteración magnética que me hace caminar en círculos herráticos, sin destino definido, y mi alma se siente confundida, mis huesos ateridos y mis músculos cansados.En ocasiones creo que no podré caminar ya más.Pero nace un nuevo día, y con él crecen mis esperanzas de estar cerca de Ilaia.
Hace seis meses que no cesa la lluvia. Anoche abandoné Thurso y navegué a las islas Orcadas. Circumbalé la rocosa osamenta de la isla, hasta llegar a su puerto, Kirwal, donde nadie me esperaba. Esta noche, miré al cielo.Era añil y negro. Y contemplé un cometa fugaz en la constelación de Virgo, y Aldebarán brilló entre las turbias y penumbrosas nubes.
Ilaia, me envió hace ya años un escueto mensaje: " búscame donde creas que nunca me encontrarías. Te amo viajero de la noche...". Al principio, me acompañó mi perro, Azul. Hasta que murió. Lo cubrí con ramas y hojas de acebo y hojarazca.Y vi brillar sus ojos justo antes de cubrirlo, eternamente. Fijamente dirigidos hacia el cielo.
Las coordenadas de Ilaia, me dirijen a Islandia. Si yo fuera Dios, la traería hasta mis brazos, bebería de la
miel de sus labios,de sus pechos y me calentaría de este invierno eterno con su piel caliente...A veces recuerdo una frase, que me decía mi madre, al dormirme de niño:" hijo mío.Si alguna vez, cuando seas un hombre, no tienes nada, ten los sueños de un niño...".
No sé si encontraré a Ilaia antes que el cansancio acabe con mis ya precarias y debilitadas fuerzas.Pero ella es mi norte, y mi sur, mi este y mi oeste. Sólo la certeza imprecisa que Ilaia aún vive y me aguardan sus labios, me alimenta el camino y hace que mi corazón, siga latiendo....(continuará)

(autor: El viajero de la noche-juan manuel miranda)

lunes, 2 de agosto de 2010

Mohammed Bakgali el guía filósofo de la Kasbah de Tanger

Escribo desde un ciber de Tanger: El Zoco está en su apogeo; su bullicio; su gentio, Camino por su laberinto de calles y lo empiezo a dejar atrás y a subir a la Kasbah, En la puerta sur me ecuentro a Mohanmed Bakgali. Delgado, casi escuálido, chilaba blanca y una cierta elegancia natural, en su forma de hablar, de caminar, con una edad imprecisa; ojos negros, inquietos, sagaces, inteligentes, barba negra poblada de canas.

Lo primero que me muestra es la casa añil; donde Mike Jagger, Keith Richards y el resto de los Stones; amén de un grupo de chicas despampanantes; pasaron un verano de sexo, drogas y rock and roll. Luego me empieza a explicar la diferencia entre la muralla y las construcciones romanas que todavía perduran y las portuguesas, más recientes y que amurallan la ciudad y desde donde se divisa toda la bahía de Tanger.
 Me lleva a la Mezquita; me dice que para que te sonría la fortuna hay que golpear las dos aldabas de acceso a la mezquita y besar cada aldaba. Yo lo hago por si es verdad.
Me ofrece un cigarro; de marca y contenido sospechoso; le doy tres caladas. Mohanmed empieza a filosofar
Después me muestra la casa del pintor Henri Matisse; en verde menta; con el llamador de la mano de Fátima, según el; la única casa de Tanger que la tiene. Luego vemos la casa del multimillonario Forbes; la de la millonaria Barbara Hutton que se casó con un torero; la de Paul Bowles el autor del cielo protector. Me muestra también las casas de veraneo de Errol Flyn y Tyrone Power, eso si cada una en la suya.                               
Me habla sobre el viajar y la vida. Me dice que no se puede viajar con miedo; pues entonces no buscas la esencia real del lugar que visitas.Sólo recibes el tópico superficial. Ni vivir con miedo: Me dice: Juanma, despues de compartir pitillito ya me tutea. Me repite con una voz pausada y serena: " Juanma, nacer es una puerta, morir es otra puerta y entre ambas cruzamos otras miles de puertas; y eso es vivir....Igual que la Kasbah....con sus múltiples puertas....
Me despido de él y me desea baraka. Empieza a caer la noche sobre la Kasbah con un atardecer anaranjado. Sobre el Zoco, sobre la Medina, sobre la Kasbah; sobre todo Tanger, la ciudad azul del mediterraneo y su bahia. Comienza a hacer frio y las luces de Tanger se comienzan a encender.Y en el cielo poco a poco comienzan a aparecer las primeras estrellas...

PD: perdonad las faltas y la ausencia de acentos, pero el teclado solo tiene signos en árabe y no tengo ni idea de donde están.

Corregido en Cádiz




Un año más....

   El proximo viernes caerá una hoja más, y significativa del calendario de mi vida. Cumpliré un año más, cincuenta y trés, en ese hermoso y a veces duro camino de la existencia. Aún recuerdo cuando corría, con las pupilas brillantes, marrones y grandes, cristalinas como las canicas con las que jugaba en la azotea de mi casa natal, en la calle San José de Cádiz. Entre la Plaza de Mina y la de San Antonio. Donde hace pocos días regresé por un instante, para recordar...para hacer balance de mi vida....

   El regreso tiene algo de agridulce ejercicio de memoria, algo de búsqueda de lo que no se tiene,de lo que se ha perdido en las brumas del atardecer de los años, algo de rendición ante el enemigo ,de lucha a brazo abierto con rostros que aparecen en los sueños, de tactos añorados, de restos del naufragio, de paisajes olvidados, de contiendas bruñidas con la ceniza y la sangre, con el polvo de los caminos recorridos, con los campos marchitos después de la batalla.
  He vuelto a mi vieja casa. Aquella en que discurrieran los años de mi infancia, pocos días antes de mi cumpleaños.Esa casa añeja, de azotea de cal y de verdín en los herrajes. Entre el bullicio, de las calles del Cádiz antiguo. Con el inmenso horizonte del azul del mar haciendo prisionera mi mirada en los cuatro puntos cardinales de los vientos...Volver a tales lugares, te deja en el corazón la emoción dividida, del ayer y del mañana, del saludo y de la despedida.
  El alma se te divide entre el niño de risa pura y abierta que fuiste, y el adulto cargado de sentimientos contrapuestos. con los que la vida nos llena la mochila. Camino por la azotea de mis primeros años. Tan blancas sus paredes, tan azules sus cielos, tan altivos sus vientos, tan lejanas ya las voces que habitaron sus estancias. Hay cierta disonancia, cierta tenue tristeza, que desciende armoniosa y pacífica. como las gotas lentas de una vela encendida, que deja al recorrer los ya lejanos paisajes de mi infancia, caer ante mis pasos, el ardiente goteo de la cera blanca del recuerdo....
  La vida, ese camino que me parecía eterno, cuando corría a ver volar los bencejos que anidaban sobre el balcón de nuestra casa, no ha sido como soñaba entonces. Ha discurrido demasiado rauda. No me dio tiempo suficiente parar traspasar las fronteras lejanas, los paises añorados, los cuerpos anhelados, los te quiero sentidos.. los adioses amargos...Se han quedados demasiados jirones enganchados en los cuchillos afilados de los años...
  O acaso sí. Acaso mi existencia, que ya ha entrado de lleno en la madurez, haya sido bien vivida por mi parte, bebida hasta el borde, sus pasiones colmadas, arrancadas a las sombras sus destellos ardientes. Porque la vida, tiene la hermosa y fecunda cualidad de renacer por sí misma en cada instante, a cada golpe de nuestros corazones, con la primera luz de cada amanecida, con el brillo de este sol que es plegaria y herida, iluminando los ojos de la persona amada...que es el símbolo que alumbra nuestra vida. En ese rayo de luz tenue, entre las dos eternas oscuridades, de los tiempos....
  Viejos muros de piedras encaladas, jaramagos y serpentinas de viento, el ruido del mundo, cuatro pisos abajo, recorriendo las calles de este Cádiz, que nos acoje como los brazos de una amante antigua y comprensiva.
  El regreso, es un desandar los pasos recorridos. Es bueno, a veces, recorrer los senderos en el sentido contrario al que se ha caminado. En la ida y en la vuelta, en el punto preciso del encuentro, se hayan en ocasiones, las respuestas buscadas... Es un trabajo al tiempo pesaroso y tan bello.... Cosechar los amores, presentes o perdidos, recordar a los seres amados y a los amigos que volaron ya hace tiempo en busca de espacios infinitos, los adioses dolientes, los te quieros nacidos como locas gaviotas que vuelan en un sueño.
  El tiempo nunca cierra su ciclo, el círculo nunca se cierra. El regreso nos devuelve un rostro desconocido en los espejos; no el rostro que habitara estos muros, sino el rostro del viajero que regresa cansado al primer recuerdo que alberga la memoria. El regreso, nos devuelve a la historia que dejamos perdida, arrumbada, oxidada, maltrecha , enamorada de la melancolía. Olvidada como una marioneta con los hilos cortados. Desechado como un juguete roto .....
  Yo, aunque no quiera reconocerlo, soy nostálgico. Por ello, es más duro el reencuentro. Duele más la cicatriz de la vida, sangra más la fluida roja herida del tiempo. Duele más el corazón, cansado acaso de palpitar tantas miles de veces cada día....
  Y en ello encuentro la paz, en el discurrir eterno de los tiempos, en la cadena incesante de relevos de los minuntos, las horas, los meses y los años. En la lógica exacta de la vida. En lo que no sobra ni falta nada. En la que todo encaja como el puzzle de un niño. El tiempo no es el que pasa. Pasamos nosotros a través de ese tiempo.El principio nos acerca al final. El final al principio. Recorremos un largo camino para volver al punto de partida....
  Y entonces, sonrio tenuemente, en este instante de regreso a mi primer hogar, solo y en silencio y en este instante agridulce y hermoso, me habla mi propio corazón, para decirme...Sí,sí, ahora ya comprendo...., ahora lo comprendo todo.... Y me rio en silencio hacia dentro del alma...Sí, es cierto lo que dicen. El invierno debe ser muy frío para los que no poseen cálidos recuerdos....

(Juan Manuel Miranda)
"Un árbol siempre tiene esperanzas, aunque sus raices envejezcan en tierra..." (Jose Angel Valente)

Es domingo....


Es domingo.Cuando me levanté esta mañana, bien temprano, el sol aparecía, como es su obligación, por el este. Se comenzaba a elevar como un disco naranja y brillante. Y a su alrededor, se difuminaba una neblinosa calima matutina,compuesta por colores pasteles, celestes, rosas, púrpuras, carmesíes...La mar, está tranquila, hermosa, complacida y complaciente, como una amada mujer, dormida.

Describir, adjetivar al océano, es imposible. Es tan infinita, tan inabarcable, tan inmensa es esta mar, y
me siento tan pequeño a su lado.Tomé una naranja, la pelé. las mondas que iba recortando, las iba depositando en un pequeño cuenco de barro, en la mesita de la terraza que da al mar, junto a una caracola, llegada acaso de lejanos rincones marinos, quizás de la otra punta de este gran mundo en el que vivimos. Del océano índico, quizás, tal vez del golfo de Mexico, es posible que llegara desde la gran barrera de coral de Australia. Quien sabe...
En mis labios, los gajos de naranja, ardían, y su sabor agreste, al cruzar mi paladar, mi garganta, me producía un instante de placer, y un sabor que permanecía unos segundos en mi boca,hasta perderse.
Es domingo, domingo y temprano. El silencio es absoluto a mi alrededor. Las gruas del puerto, permanecen inmóviles.En las avenidas de mi ciudad, Cádiz, apenas unos automóviles madrugadores, o quizás,nocturnos y de recogida, rompen el silencio casi de cripta o de templo sagrado de este instante. Varias gaviotas de panza blanca y lomo gris, vuelan muy alto rozando el límite impreciso entre el cielo y la tierra. Lanzan unos graznidos, agudos y potentes. Planean en un picado vertical, hasta enderezar su vuelo a pocos metros de mis ojos.
Existe en el mundo, en la vida, en un domingo, a esta hora, una cierta sensación de tregua, de pacto de silencio,de deseos de no enturbiar la calma del vecino, la paz del universo, el estado tranquilo y sereno de las cosas. Es como si anduviésemos, despacio, de puntilla, en un pasillo de la vida cubierto de cristales rotos. Sin querer hacer ruido al crepitar nuestros pies contra los vidrios, con la prudencia necesaria, para que no mane la sangre....Quizás sólo en este momento, la vida se acuna en los labios de un reloj parado, detenido, congelado en el tiempo.Las pequeñas cosas, y los grandes recuerdos arriban a nuestra memoria. Nuestros seres queridos, que ya no habitan el mundo, el sabor de estos gajos de naranja sobre mi lengua, el aire ligero y la atmósfera benéfica de esta tranquila mañana de domingo.
Luego más de media mañana, saldré a la calle. Quizás me acerque al antiguo mercadillo de la plaza del Mercado, ahora dispuesto frente a parque genovés, y frente al mismo océano, que yo contemplo en estos momentos. Luego, al mediodía, tras deambular por el entremado de calles del centro de Cádiz. tomaré una cerveza con algunos amigos. Y una tapa, unas gambas con gabardina, o una ensaladilla; cuando los gritos de los niños, la gaviotas que vuelan a ras de tierra, hayan tomado ya posesión de las plazas y las calles.
Pero ahora, en este inmovil momento, parado en el tiempo,sólo pienso en respirar, muy hondo, en dirigir mis pupilas, hacia el instante, y hacia el lugar exacto del amanecer. Y sentir, como mi corazón sigue latiendo. Un golpe tras otro golpe sobre mi pecho.Una sangre que corre serena por mis venas. Un pensamiento calmado, como el sueño de un niño.Saberme transitorio ocupante de mi cuerpo.Perecedero habitante de la vida. Y con ello, con la certeza absoluta con el tiempo de mi olvido,por el mundo, por la vida, por mis amigos, incluso por los que más me quieren, llega el silencio de la verdad eterna.
Es domingo, y cuando yo ya no esté aquí para mirarlo, ni mis ojos contemplen este mar, ni respire este olor a maresía, seguirá el día manando,seguirán las gaviotas graznando,seguirán los peces sus viajes profundos, seguirá la mar tan infinita, seguirá la tibia luz dorada del sol naciendo. Y seguirán las aves en el azul de este cielo volando....
(Juanma Miranda)